Elimina lo innecesario del aula, dejando solo lo esencial para el aprendizaje. Esto reduce distracciones y facilita el enfoque.
Todo tiene un lugar. Al organizar materiales y herramientas educativas, estudiantes y docentes ahorran tiempo y esfuerzo.
Un espacio limpio es un espacio feliz. Mantener la higiene no solo mejora la salud, sino también el ambiente para aprender.
Establece reglas claras para mantener el orden y la limpieza, asegurando que estas prácticas sean sostenibles en el tiempo.
Fomenta el compromiso de estudiantes y docentes para seguir estas normas, desarrollando responsabilidad y hábitos positivos.